Una acádemica extraviada traza una comparación entre Sandro y (el putazo de) Justin Bieber, que podríamos dejar pasar haciéndonos un poco los otarios si no fuese que en su sordera de muro logra enchastrar a los Beatles y a Elvis Presley:
Ojos que no ven.
La señora Spataro, que no se tomó ni siquiera la molestia de visitar Wikipedia para enterarse de que el engendro es de origen canadiense, y no estadounidense, en su análisis no logra discriminar el simple hecho de que el flequilludo norteño los únicos cantos que realmente sabe hacer vibrar son los de atrás.
Parece mentira que se publique semejante huevada: no se dan cuenta, ni la Sra. Spataro ni los editores del diario, que lo que se critica a las fans del mariconcito no es la humedad de sus zonas pudendas,es la falta de buen gusto y sentido estético mínimo.
Si les gusta Justin Bieber o cualquier otro invento de las discográficas que vaya a estar de moda el año que viene o haya estado de moda hace 10 años, como las Spice Girls o Menudo o los Parchís, lo que tendrían que hacer es tomar urgentemente un curso de estética para educarse un poco y poder así disfrutar un poco del arte.
Esto no tiene nada que ver con el feminismo ni con cuestiones de género. Las feministas están tan exacerbadas en su contumaz estupidez que ven una persecución de género donde no existe; bueno, no tengo demasiado problema con eso, la verdad me importa tres pelotas.
Pero lo que no se puede admitir que comparen a cualquier fantoche con un artista.
Dejénse de joder.
Les dejo este link de Youtube donde podrán disfrutar a un verdadero artista ejecutando Uranus Rock ("your anus, Justin, your anus...").
(PS: no soy homofóbico, así que no me rompan las bolas; ver tanta pendeja caliente con ese trolazo quita fe en la humanidad).
