De la infame Association Internationale Africaine, que causó el genocidio (entre 8 y 30 millones de congoleños muertos) en la colonia Belga del Congo, principalmente para la explotación del caucho, negocio que hizo próspero a su fundador, el crudelísimo Lepoldo II, nos ha quedado solamente una palabra: chicote.
El chicote era un famoso (por cruento) látigo de cuero de hipopótamo seco al sol. Su efectividad era probada por dejar incosciente al castigado con solo 20 azotes; 100 azotes eran letales.
Legible sobre el tema hay mucho. Prefiero a Mark Twain, mencionaré King Leopold's solilloquy.
Hay fotos de algunas expediciones al Congo Belga, donde pueden verse a los colonizados reducidos a esclavitud y espantosamente mutilados. La mutilación de extremidades, narices y orejas era un común castigo para aquellos que no alcanzaban a cumplir la cuota de recolección de caucho exigida.
Excelentes y pavorosas, fotos que documentan esas atrocidades pueden verse en el sitio de Clayton Cubitt y en Google Images.
Para homenajear la triste memoria de aquellos pobres tipos, yo recomendaría escuchar Africaine de Art Blackey.
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